La ciudad de Ignacio

Hace más de 500 años, en 1522, Ignacio de Loyola emprendió una peregrinación a Jerusalén después de ser herido en batalla. Durante su camino hacia Tierra Santa, se detuvo en Manresa. Los once meses que pasó en la ciudad le dejaron una fuerte huella con la que transformó, con su mirada nueva y única, el mundo que le siguió. Hoy en día, su impronta hace que los nombres de la ciudad y del río Cardener, a través de la Compañía de Jesús, estén presentes en todo el mundo. La fuerza interior del personaje convirtió a Ignacio en una persona clave de la modernidad, aportando una nueva visión sobre las personas y la sociedad que, cinco siglos después, aún perduran. 

La ciudad de Manresa todavía conserva 22 puntos ignacianos que recuerdan la estancia y el legado del peregrino en la ciudad, entre los que destacan la Basílica de la Seu, la Cueva de San Ignacio o el Pozo de Luz, espacio donde Ignacio vivió uno de los episodios más significativos de su vida, la Eximia Ilustración del Cardener, un hecho que supuso el punto de partida para la posterior redacción de los Ejercicios Espirituales.

Uno de los legados más destacados de Ignacio es el camino que recorrió desde Azpeitia, su pueblo natal en el País Vasco, hasta Manresa. Hoy en día, se le conoce como Camino Ignaciano, y representa una experiencia deportiva y espiritual de 650 km a través de la cual se puede disfrutar del patrimonio, la gastronomía y la riqueza natural de unos noventa municipios de cinco comunidades autónomas.

 

Manresa, corazón de Cataluña

Manresa es la capital de la comarca del Bages y está estratégicamente situada entre Barcelona y los Pirineos. Rodeada por los ríos Cardener y Llobregat, la ciudad combina paisajes naturales con un rico patrimonio histórico. El casco antiguo conserva el trazado medieval, mientras que en sus calles conviven arquitectura gótica, modernista e industrial, formando un conjunto urbano lleno de contrastes y carácter. Geográficamente, Manresa se encuentra en el centro del país, ganándose así el sobrenombre del corazón de Cataluña. Su ubicación privilegiada y la buena combinación entre transporte público y la red de carreteras permiten una rápida conexión con los principales núcleos urbanos y atractivos turísticos de nuestra tierra.

 

Patrimonio y cultura

Entre los emblemas patrimoniales de Manresa destaca la Basílica de Santa María de la Seu, una obra maestra del gótico catalán que domina el perfil de la ciudad. A su lado, edificios como el Pont Vell, el antiguo Colegio de San Ignacio —que hoy acoge el Museo de Manresa - Museo del Barroco de Cataluña— o la biblioteca del Casino, reflejan diferentes etapas del pasado manresano. Gótico, barroco y modernismo conviven con el día a día de la ciudad.

 

Una ciudad viva y acogedora

Más allá de su patrimonio y espiritualidad, Manresa es una ciudad dinámica, con una fuerte actividad comercial y un ecosistema de innovación creciente. 

La ciudad también ofrece una programación cultural activa, con teatro, música, arte contemporáneo y tradiciones muy vivas como la Fiesta de la Luz y la Fira de l'Aixada. Durante el año, la ciudad acoge decenas de actividades que atraen visitantes de todas partes, como la Fira Mediterrània, el festival veraniego Sons del Camí, la Fira ViBa, un evento donde se pone en valor los vinos de la DO Pla de Bages, o la Festa Major de Manresa, que destaca en especial por su Correfoc

Además, Manresa cuenta con una oferta gastronómica basada en productos de proximidad, una escena deportiva destacada (con el Bàsquet Manresa en la liga ACB) y espacios naturales alrededor de la Anella Verda de Manresa ideales para caminatas, ciclismo y turismo sostenible.

 

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