Descubriendo la última etapa del Camino Ignaciano con una propuesta cultural de primera
El 25 de marzo de 1522, el peregrino Ignacio de Loyola bajó de Montserrat en su peregrinación de Azpeitia a Jerusalén y llegó a Manresa. Permaneció allí once meses, tiempo durante el cual experimentó una profunda transformación espiritual que le llevó a escribir los Ejercicios Espirituales y, más tarde, a fundar la Compañía de Jesús. A lo largo de su vida, el recuerdo de Manresa le acompañó en su intenso viaje personal.
Cada mes de marzo, la Peregrinación sigue los pasos de Ignacio, reviviendo su experiencia y disfrutando de los paisajes que le cautivaron en la última etapa de su peregrinación, entre Montserrat y Manresa. El camino también permite experimentar la acogida que el futuro santo recibió en Manresa, redescubriendo la ciudad que inspiró a esta figura mundialmente conocida. Manresa es un camino, es una bienvenida, ¡es luz!