La fábrica Can Miralda de Manresa, conocida popularmente como la Fàbrica dels Panyos, tiene una gran importancia histórica por su antigüedad. Se empezó a construir poco antes de 1820, y es la fábrica más antigua de Cataluña y de España que se conserva con sus características originales. Es una fábrica de río, lo que significa que en el momento de su construcción funcionaba con la energía de una rueda hidráulica movida, en este caso, por el agua del río Cardener.
La compañía de Pau Miralda se había enriquecido con la producción de seda durante el siglo XVIII, y la fábrica representa el paso hacia la nueva industria moderna y la introducción de la Revolución Industrial en Manresa. En 1822 ya producía hilados y tejidos de lana de calidad —conocidos como panyos— y en 1832 trabajaban allí 500 obreros. Los panyos tuvieron éxito, pero no pudieron competir con la producción de Sabadell y Terrassa, motivo por el cual en 1845 la empresa se orientó hacia el algodón. A principios de la década de 1870 se instaló una turbina y en 1892, una máquina de vapor. En 1976 la fábrica detuvo su actividad.
La fábrica se encuentra en un edificio construido siguiendo el modelo de una gran casa, con tejado a dos aguas y una anchura limitada, ya que todavía no se utilizaba el hierro para columnas y forjados. El edificio tiene cinco plantas, y las naves están divididas por columnas de obra cocida. La planta baja (por el lado del río, sótano desde la calle Francesc Moragues) está reforzada con un sistema de dobles arcos que se apoyan sobre amplias columnas. Exteriormente, la fábrica presenta una sucesión de ventanas rectangulares (originariamente 386), dispuestas simétricamente, que aportan una gran luminosidad al interior.